sábado, 16 de noviembre de 2019

La mujer incompleta. Guijarros

Hoy me da igual todo.
Hace sol y frío.
He sonreído al hombre joven que conducía el autobús y se me ha abierto una grieta en los labios.
Me resulta rara la ausencia de humedad en esta ciudad de mar. Me extraña mi pelo eléctrico y lacio. Me extraña que se me quede el flequillo quieto sin que me aparezcan esas ondas que me hacen parecer descuidada y loca. Una loca descuidada. Una loca que se empeña en taparse la frente a pesar de tener tres remolinos en el nacimiento del pelo. Mi pelo rebelde. Más rebelde que yo.
La niña obediente, la mujer cobarde, la mujer que se queda quieta y espera a que sean las cosas las que pasen. La mujer que no sucede. Sujeto paciente atrapado en una oración pasiva.
Pero hoy me da igual todo.
Hoy no me importa que nadie me mire a la cara. Es una lástima porque hoy tiengo el flequillo perfecto. Recto, liso, lacio.
Sin volumen, ni rebeldía. Hoy me da igual incluso que los remolino de mi pelo estén inactivos y sin fuerza para despeinarme.
Lo más rebelde que tengo. Lo único que tengo que a veces flota, cuando hace viento o cuando me sumerjo en el mar. En el mar flota mi pelo, como mi cuerpo pequeño. Flota, ingrávido. Y entonces es el mar el que pasa, el mar el que me lleva y me deja en la orilla. A veces me quedo muy quieta esperando a que el mar me absorba o me arrastre hacia su interior, pero nunca lo hace. Este Mediterráneo es demasiado manso. Y me devuelve a la orilla como uno de esos guijarros desgastados.
A veces los recojo y me percato de que son trozos pulidos de losetas viejas. Azulejos que en algún momento estuvieron en las paredes de una cocina o un baño. Azulejos que se mancharon con la grasa de mil cenas o se humedecieron con el vaho de duchas calientes, duchas solitarias o compartidas. Azulejos sobre los que se imprimieron las huellas de manos que se apoyaron para evitar la caída del cuerpo que se secaba o para soportar el empuje del placer contra su superficie fría.
Guijarros entre mis dedos.
Pasado desgastado.
Futuro que depende de las olas.