miércoles, 27 de junio de 2012

¿Racismo o superficialidad absoluta?


Se está hablando de esta foto de Mario Testino. Se habla de racismo, y quizás lo haya, pero no más que en muchos catálogos de destinos vacacionales que te ofrecen en cualquier agencia de viajes, incluídas aquellas que te proponen la posibilidad de añadir tras el sustantivo 'vacaciones' el bienintencionado adjetivo 'solidarias'. En ese tipo de estancia en otro país, el viajero aspira a ver de cerca a una señora como la de la foto y a tomar alguna imagen con su cámara reflex de algún niño de aspecto desaliñado y con ojos enormes, normalmente negros. El viajero volverá a casa con un nutrido archivo de fotografías exóticas en el que sólo faltarán los tacones de las señoritas de largas piernas y melenas.
Al mirar la imagen en conjunto ves que todo es decorado: la plaza, los trapos de colores, la mujer de primer plano. Y las modelos no son más que las candilejas que pretenden iluminarlo. Todo está cosificado, ningún elemento tiene alma. La mujer, de nuevo, cosificada; su función no es muy diferente a la que haría un perchero. ¿A nadie le chirría que dos chicas delgadas como el humo hayan podido llegar a esa plaza peruana con sus sombreros de diseño y sus tacones de aguja? ¿Tiene algún sentido su imagen en ese contexto? Son tan poco importantes, o tanto, para el fotógrafo y su composición, como la mujer peruana. Aunque sean más altas, guapas y blancas, tampoco tienen alma.


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